martes, 24 de abril de 2012

Día 12 – Primer día en Sydney

Como todo vuelo internacional exige, tres horas antes ya estábamos prontos en el aeropuerto para hacer el check in de nuestro vuelo rumbo a Australia. Nuestro vuelo partía a las 6:15 am y duraba unas tres horas, pero recuperábamos dos de ellas por la diferencia horaria. Tras tres horas de vuelo entonces, llegamos a las 7:15 am, je.

Nos encontramos con un día de lluvia bastante asqueroso que perjudicaba notoriamente nuestros planes vespertinos. Nuevamente contratamos una camioneta que nos llevó hasta el hostal que teníamos reservado, el Maze Backpackers. Por suerte nos dejaron hacer el check in temprano, ya que en realidad debía ser a las 14:00 hrs, por lo que guardamos las valijas y salimos a recorrer esta nueva ciudad.

Si bien nos dijeron en la recepción que hay un bus gratuito que da vueltas por el centro de Sydney que nos podría haber servido, preferimos caminar bajo la molesta aunque leve lluvia para conocer con más detalle el lugar.

A primera vista, Sydney tiene una estructura similar a la de Auckland, sólo que mucho más movida. Tal vez sea porque era día de semana, pero vimos muchísima gente circulando por las calles, ejecutivos de traje y turistas asiáticos para variar (que ya creemos que están invadiendo el mundo).

Hay mucha variedad alimenticia, pero abunda la fritura y la comida rápida. Como me gustaría poder comer un rico pollo a la parrilla o un asado de carne tierna; acá el pollo es frito y la carne de cordero, pero no la hemos probado como para emitir opinión. TODO se acompaña con papas fritas y en general la comida es muy cara comparada con Uruguay.

Siguiendo nuestro itinerario, caminamos hasta el Acuario del cual tenía altas expectativas. Debo decir que las cumplió, porque lo disfrutamos mucho. Una vez más usamos el carnet de estudiantes y obtuvimos un descuento generoso. Nos aventuramos por los pasillos del lugar donde se puede ver distintas variedades de peces que habitan en esta región. Algunos llaman mucho la atención por lo extraños que son dado que su supervivencia depende de poder camuflarse con el fondo del océano o mar donde viven. Otros son muy coloridos y atractivos, y van desde los muy pequeños hasta peces realmente ENORMES. Incluso encontramos a Nemo, con quien estuvimos sacándonos algunas fotitos. También vimos cangrejos gigantes que eran repugnantes, así como las anguilas y un par de serpientes. Otros eran tiernos, como los pingüinos, pero el plato fuerte del lugar son las piscinas con tiburones.

En un sector en particular, crean unos pasillos de techo redondeado donde uno camina y tiene el océano nadando por encima. Ahí se puede ver a varias especies de tiburones y pequeños peces que sólo puedo asumir que son su comida…pobres.

Ver los tiburones pasarnos por encima de nuestras cabezas, a pocos centímetros de nuestras manos dando la sensación de estar casi tocándolos fue algo INCREÍBLE. Realmente recomendable.

Al salir del acuario buscamos algo que no fuera fritura (en lo posible) como para darle un descanso al estómago y luego seguimos rumbo al puerto para ver al famoso Opera House. Sacámos cerca de cien millones de fotos de dicho edificio y del puente de Sydney. Nos hacía sentir raro el ver que estábamos tocando un edificio del que hablamos muchísimas veces, buscamos fotos y espiamos con google earth, viviendo este viaje que planeamos por tanto tiempo y hoy día a día se va concretando.

Para finalizar un día AGOTADOR porque arrancó muy temprano, volvimos caminando hasta el hostel recorriendo diferentes caminos y edificios de la ciudad como la biblioteca, el hospital y el parlamento. Vimos hermosas plazas, siempre con mucha gente por doquier, fuera saliendo de sus oficinas, paseando o simplemente haciendo ejercicio.

Por la noche la ciudad está muy iluminada por lo que a nuestro criterio es mucho más linda que durante el día. Hay lugares muy agradables para sentarse a comer algo y pasar un buen rato, pero nuestro cuerpos necesitaban reposo y descanso URGENTE, así que se los dimos. Debíamos descansar para poder aprovechar al máximo nuestro segundo día, en el Taronga zoo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario