jueves, 26 de abril de 2012

Día 14 y 15 – Llegada a Bali y Snorkeling


Nuestro tercer día en Sydney fue casi totalmente un desperdicio. Tras hacer el check out en el hostal a las 10 am, fuimos directo al aeropuerto donde esperaríamos nuestro vuelo rumbo a Indonesia a las 17:20. Recorrimos tiendas, usamos el internet gratis, almorzamos un rico plato de pasta como para despedirnos de la buena comida y ahora si pasar a la fritura absoluta.

Para nuestra grata sorpresa, el vuelo se retrasó DOS veces; terminamos saliendo a las 19:30, y como eran seis horas de vuelo, descontando la diferencia horaria, llegamos a Bali a las 23:30. Un verdadero día de aeropuerto.

En cuanto a Bali, ¿qué no decirles? El primer impacto fue al bajar del avión, cuando nos abrazó una ola de vapor y calor. La cantidad de gente es abrumadora. Tras hacer el ingreso en migraciones, nos encontramos con un pasillo de casas de cambio, llamándonos para que nos acercáramos. Al cruzar la puerta de salida, montones de taxistas se nos vinieron arriba ofreciendo sus servicios para llevarnos. Ahí pusimos a prueba nuestros primeros intentos de regateo, sin éxito. Nos alojamos en el Sayang Maha Mertha Hotel, que está bastante lindo. Acá somos cerca de veinte compañeros del grupo, cosa que nos gustó bastante.

La ciudad en sí, es como el Chuy pero unas diez veces más grande. Al caminar por la calle, los “taksis” te tocan bocina para llevarte. Hay miles de comercios uno junto al otro vendiendo la misma ropa y nada tiene precio; depende de las habilidades del comprador en cuánto se podrá adquirir cada cosa. Marcela logró comprar dos kimonos al precio que originalmente le querían vender cada uno. Una genia! Otra particularidad es que al caminar por las veredas, si te detenes frente a un comercio, si miras o siquiera señalas alguno de los productos que venden, te caen arriba como buitres. Incluso ayer en frente al hotel nos ofrecieron marihuana.

La desorganización es total. El transito un verdadero caos. En modo de analogía, imaginen una manada de elefantes caminando hacia adelante y montones de perros estuvieran avanzando en la misma dirección, corriendo entre sus piernas. Acá si bien hay una idea general aceptada de circular por la izquierda, no es muy respetada que digamos. Es un milagro que no haya accidentes. No hay semáforos, los autos se tiran de todos lados, las motos se atraviesan y en medio de todo eso, circulan los peatones.

De todos modos, nuestra actitud es la misma de siempre: sacarle el jugo a estos pocos días en la ciudad de Bali. Por esto, comenzamos nuestro primer día con un tour a una playa increíble donde hicimos snorkeling y luego visitamos la isla de tortugas. Nos llevaron en una lancha bastante adentro hasta un lugar lleno de peces donde nadábamos con ellos a nuestro alrededor. El agua estaba calentita, verde y cristalina aunque muy salada. Igualmente era UN PLACER.



En la isla de tortugas pudimos ver varias especies de animales, tal como pueden ver en las fotos. Tortugas enormes, una suerte de tucán, una serpiente enorme y asquerosa y un murciélago (a la luz del sol y soportando los treinta y pico grados de calor que hacía como todo un macho). Más tarde visitamos una de las playas más pintorescas de la ciudad, la Nusa Dua Beach, donde nadamos en agua realmente celeste. No estaba tan cristalina, pero igualmente era paradisíaca.



Por la tarde/noche disfrutamos de la piscina del hotel como para redondear un día pasados por agua, y salimos a recorrer las calles de Bali. Terminamos comiendo una rica pizza en un restaurant muy agradable a razón de unos 3 dólares cada uno.

Con las pocas energías que nos dejó un día como este, escribimos estas líneas para mantener el blog tan actualizado como sea posible, subimos las fotos y dimos por concluida la jornada.

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