viernes, 3 de agosto de 2012

Día 114 – Plaka y Estadio de los primeros juegos olímpicos


Para cuando nosotros nos levantamos, nuestras compañeras ya hacía rato se habían marchado. Ordenamos un poco y dejamos nuestro aposento para ir en busca de un rico desayuno. Hay muchas panaderías en la vuelta y terminamos en una de ellas comiendo bizcochos con chocolatada. ¡Qué placer! Después de eso, repasamos una vez más el mapa para ver qué nos quedaba por conocer.

Básicamente habíamos cubierto todos los sitios fundamentales. Solamente restaba el Estadio donde se celebraron los primeros juegos olímpicos en Atenas, del cual habíamos estado muy cerca pero sin llegar a verlo.

Comenzamos caminando por las varias calles peatonales de la ciudad en donde hay montones de comercios. Todo esto forma uno de los típicos mercados que vimos en tantos otros países en donde venden básicamente ropa y recuerdos para los turistas. Dedicamos un par de horas a caminar por todas esas calles. Todo estaba bastante caro para nuestro poder adquisitivo.

Al mediodía volvimos hasta la zona de la plaza para almorzar. Desde ahí además sale un pequeño tren rojo de varios vagones que hace un recorrido por las principales atracciones de la ciudad, se puede sacar fotos y bajarse en un par de sitios. Nuevamente con el carnet de estudiantes nos ahorramos parte del costo y como nos permitía dar una vuelta sin tener que sufrir tanto el calor como nos pasaba caminando, lo tomamos. El paseo completo duró una hora pero no vimos nada nuevo que ya no conociéramos. Solamente el Estadio que estaba en la lista de pendientes pero ahí no se podía bajar. Lo dejamos para luego de terminado el recorrido.

Al volver a la plaza tomamos una ruta nueva hasta llegar al Estadio. Se podía entrar hasta las gradas, obviamente que pagando, pero desde afuera igual se tiene una vista bastante general. No está en su estado original, sino que claramente tuvo un mantenimiento importante, supongo que para las últimas olimpíadas que se hicieron en esta ciudad. Desde ahí volvimos al hotel.



Al llegar a la habitación no había nadie, pero poco después apareció un nuevo compañero. Proveniente desde Arizona, Estados Unidos, esta vez sí conversamos bastante. Muy simpático el muchacho, un compañero agradable. Intercambiamos anécdotas un rato hasta que con Ro nos fuimos a cenar y él se quedó para bañarse y descargar sus fotos. Al volver a la habitación llegó detrás nuestro la cuarta integrante, con quien apenas hablamos los justo y necesario porque cada uno estaba haciendo sus cosas y nosotros sobre todo, aprontando todo para nuestra partida al día siguiente. Por la mañana siguiente, tomaríamos el último vuelo antes de volver a casa para visitar la ciudad olímpica, Londres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario