lunes, 6 de agosto de 2012

Día 117 – Más de London city


Con el mismo espíritu del día anterior, nos levantamos temprano, acomodamos las cosas en el cuarto y salimos del hostal con el mapa en la mano. La idea era recorrer algunas de las cosas que nos habían quedado pendientes, siempre priorizando entre nuestras opciones. Londres es una ciudad hermosa y muy grande a la que no alcanza sólo dos días para conocerla por completo.

Compramos nuestro desayuno en un super cercano y comenzamos cruzando el gigante pero majestuoso Hyde Park de norte a sur a través de la “Broad way” que es la calle ancha que pasa entre el “Kensington Palace” y un lago bastante grande. Nos encontramos una vez más con muchísimos corredores, otras personas que salen a caminar, algunas con sus perros y muchos otros en bicicleta. El lugar se presta para eso, muy arbolado, con lindo paisaje y aire oxigenado. El camino desemboca en el “Albert Memorial” y el “Royal Albert Hall” en donde nos faltó un guía que nos explicara la historia atrás de estos edificios, pero bueno. Igual estaban lindos.



Volvimos a cruzar el parque pero esta vez en diagonal, desde el suroeste hasta el noreste por encima del río en donde está la fuente en memoria de la Princesa Diana. Ahí vimos los restos todavía colocados de la competición olímpica del triatlón. En uno de los extremos del parque se encuentra un predio enorme armado por la organización olímpica de Londres con otra pantalla gigante para ver los juegos. Fuimos hasta la entrada pero había muchísima gente y todavía no había comenzado la transmisión. Igualmente nuestra intención no era sentarnos a ver los juegos, así que seguimos de largo.

Dedicamos este día nublado y bastante fresco en el que volvimos oficialmente al pantalón largo, la campera y los championes con medias, una extensa caminata por dos de las principales calles comerciales de la ciudad, Oxford street y Regent street hasta la zona conocida como “Piccadilly circus”. Nos detuvimos en varios comercios para comprar regalos y recuerdos. Hubiéramos comprado muchísimo más si no fuera por los costos, porque todo era muy lindo.

Encontramos varios teatros y un par de comercios interesantes como “Ripley’s believe it or not” y una casa de los confites “M y M” de tres pisos en donde vendían DE TODO con la figura de los conocidos dulces de chocolate. A media tarde y bastante cansados, tomamos el metro hasta el hotel para poder organizar nuestras cosas con tiempo, ir al lavadero y salir en busca de wifi.



Por la noche terminaremos nuestra visita en la capital inglesa como no podía ser de otra manera, en uno de los tantos bares típicos en donde ellos se juntan a tomar cerveza casi todas las tardes. No lo hago por el alcohol, solamente es con fines periodísticos y para adentrarme de llenos en la cultura local, je.

Quedará para otra ocasión la visita al Estadio de Wimbledon, alguno de los estadios de fútbol que se encuentran aquí como por ejemplo el del Chelsea, los museos de Sherlock Holmes y Shakespeare y algunos otros monumentos a los que no pudimos entrar por estar siempre corriendo contra el reloj. De todas maneras, cumplió ampliamente las expectativas y consideramos que pudimos ver casi todo lo más importante para el poco tiempo con el que contábamos. Ya al día siguiente tendríamos que partir para un nuevo destino, una nueva capital europea: Paris.

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