Con intenciones de aprovechar el
día y evitar el caos del tráfico, nos levantamos súper temprano para ganarles
de mano a todos. El camping estaba en total silencio, casi todos aún dormían.
Guardamos la carpa y todas las demás cosas y partimos hacia el centro de
Bruselas.
Nuestra primera parada fue el “Atomium”,
un monumento muy conocido de la ciudad y una de las principales atracciones
turísticas. Su nombre supongo que se debe a que simula la forma de un átomo
pero diez mil millones de veces más grande. Es algo impresionante.
Cuando llegamos había solo tres
personas y las calles estaban casi desiertas. ¡ERA UN PLACER! Sacamos algunas
fotos e hicimos un recorrido por la zona. Luego fuimos hasta el centro con el
auto buscando un lugar para desayunar. Nuestro principal problema hasta ahora
en Europa han sido los estacionamientos. Esto es porque las normas para
estacionar no son claras para los turistas, o al menos para nosotros, y no
sabemos si se puede aparcar en cualquier lado o si hay que pagar. Dejábamos el
auto con el corazón en la boca por si hacíamos algo mal y nos multaban o se
llevaban el auto. Decidimos parar igual.
Encontramos una panadería muy
bonita en donde tomamos un café con bizcochos. Todo delicioso. Luego recorrimos
un poco caminando que es la forma más cómoda y rápida. Visitamos una fuente con
una estatua muy famosa que consiste en un pequeño niño orinando. No es la gran
cosa, ni siquiera es muy grande, pero como es famosa había que verla, je.
También encontramos varias chocolaterías, cervecerías y casas de waffles, los
tres fuertes principales del país. Compramos algunos chocolates artesanales y
seguimos camino.
Visitamos algunas atracciones
turísticas más como la Gran Plaza pero ya a media mañana se empezó a llenar de
gente y autos y preferimos irnos. Dimos por concluida la visita a Bruselas y
partimos hacia Brujas. Esta vez el viaje era mucho menor, solo ciento y pocos
kilómetros de distancia aunque nuevamente mucho tráfico, atascos y un par de
desvíos.
Llegamos una hora más tarde lo
previsto por todos estos incidentes, pero todavía era muy temprano.
Aprovechamos y fuimos directo al centro de la ciudad donde estacionamos el auto
y recorrimos toda el área a pie.
Brujas es bastante más pequeña que
Bruselas pero con una arquitectura mucho más característica. Sus casas son casi
todas iguales, de dos plantas, angostas y pegadas unas a las otras. Hay
montones de iglesias con construcciones espectaculares y varios riachuelos que
rodean y atraviesan la ciudad dando un aspecto muy bonito. Aquí sí compré una
cerveza en una tienda que tenía montones de tipos diferentes y todos parecían
muy buenos. Terminé eligiéndola por la etiqueta que me gustó más, solo con el
fin de probar una cerveza belga.
A media tarde dimos por terminada
la visita a una ciudad que nos encantó, sobre todo a Ro, y nos fuimos en busca
de un camping para pasar la noche. Encontramos uno muy cerca en donde había
lugar, ¡woohoo! Pagamos pero antes de instalarnos fuimos hasta un supermercado
para abastecernos. Luego sí instalamos la carpa y aprontamos todo para
descansar. Al día siguiente tendríamos un viaje bastante largo otra vez hasta
un nuevo país, un nuevo destino: la ciudad de Ámsterdam en Holanda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario