Al llegar a El Nido tuvimos el mismo problema que al parecer
habían tenido todos nuestros compañeros de viaje: no encontrábamos alojamiento.
Entre falta de disponibilidad y precios muy exagerados, al final nos quedamos
en hoteles separados que las chicas, al menos para la primer noche y después
poder buscar algo sin andar cargando las valijas.
La realidad en este hermoso y pintoresco lugar escondido al
norte de la isla de Palawan es muy particular. Esto es porque se corta la
energía de seis de la mañana a dos de la tarde, por lo que le podemos decir
adiós al aire acondicionado, internet y luces en general. Algunos hoteles
tienen generadores y están mejor abastecidos aunque no del todo.
Por la mañana nos cambiamos a otro hotel que en verdad está
en frente, donde nos pudimos quedar todos en una misma habitación de dos pisos.
Ahora también nos despedimos del agua caliente (ya que no hay calefón) y cambiamos el aire acondicionado por un par de
ventiladores. Igualmente no está mal.
La ciudad está repleta de “agencias” ofreciendo tours, entre
los cuales se encuentran los más conocidos llamados A, B, C y D. Cada uno de
estos consiste en paseos durante casi todo un día por distintas islas o lagunas
donde se encuentran playas increíbles. Nosotros en particular optamos por hacer
el tour C, que me fue recomendado por otro muchacho que vino a hablarme, muy
pegadizo para asegurarse la venta (como todos), pero muy bien. Me dijo que ese
tour era el más popular y me gustó porque era una gran oportunidad para volver
a hacer snorkelling.
Partimos a las nueve en una lancha muy sencilla junto con un
nuevo amigo llamado Nick de Inglaterra. Era de ese tipo de personas que le
hablan hasta las piedras, así que socializamos bastante. Re macanudo, con sus
aproximadamente 45 años, había recorrido cerca del 80% del mundo y esta era su
tercera vez en Filipinas.
Conocimos la playa escondida, la playa secreta, un templo
religioso y la playa helicóptero, cuyo nombre se debe a que a criterio de los
filipinos la isla tiene forma de helicóptero; para nosotros parece más una
ballena, pero bue…
Cada lugar era paradisíaco, con playas de agua verde y cristalina
en las orillas, oscureciéndose a medida que aumenta la profundidad hasta
alcanzar un color que para que tengan una referencia, me recuerda el gatorade
azul. Es ESPECTACULAR.
Hicimos snorkelling casi que hasta arriba de la lancha. En
todos lados se ve peces de colores fluorescentes, grandes y chicos, Nemos
(peces payaso) entrando y saliendo de las plantas acuáticas en donde habitan y
otros escondidos en cuevas. Desde la superficie se puede apreciar perfectamente
el fondo y a los alrededores por las cristalinidad y limpieza del agua. Es como
están en una gran graaaan pecera.
Nos proporcionaron la comida, que consistía en pollo,
pescado, arroz, tomate y sandía de postre, cocinado a las brazas en un fueguito
que armaron ellos mismos en una de las islas donde nos detuvimos. Estaba muy
rico todo, se pasaron.
Como resultado, volvimos al hotel cansados y rostizados. Por
más protector solar que usemos, lentes, gorros y tal vez hasta con un poncho,
es imposible no quemarse. Directo a comparar una crema de aloe vera para las
castigadas espaldas y hombros. Nos bañamos con agua fría y chorro de escasa
fuerza y amplitud (como una ducha jodida de la próstata) y dimos una recorrida
a los puestitos del lugar. Una vez más, abundan los locales estilo Chuy, pero acá no
se regatea ni se te vienen arriba como en Indonesia.
Cenamos en un restaurant ubicado en la playa que tiene la
particularidad que su piso es de arena, donde tomamos un par de licuados de
ananá que son UNA DELICIA. De ahí a la camita a leer un poco hasta caer
rendidos por el cansancio de tanto nadar y patalear.
jajajaj como siempre me haces reír mucho con tus comentarios fer.. es un placer para mi leer el blog, me hace sentir que estoy ahí contigo...Qué lugares... ayer pasaron en HD un documental justamente sobre el nido, no podíamos creer ver eso cuando uds. están ahí. Un besote mami
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