Nos levantamos tarde y descansamos bien, sabiendo que se nos
venía un día maratónico. Tras un desayuno muy sencillo, fuimos a coordinar con
alguna agencia en el centro que nos llevara hasta Puerto Princesa.
Cambiamos nuestros planes y en lugar de irnos este día hacia
Puerto, viajar toda la tarde y tener que buscar alojamiento por la noche,
sabiendo además que dicha ciudad no es la gran cosa, partiríamos el mismo día
que nos vamos hacia China. O sea, un día después.
Esto nos dio un día más en El Nido para disfrutar y
descansar. Por la tarde armar las valijas una vez más y dejar todo pronto para
un día cruel en el que partiremos a las 3 am rumbo a Puerto Princesa en un
viaje en camioneta de seis horas. Desde ahí tomaremos un vuelo rumbo a Manila
aproximadamente a las 2 pm el cual dura una hora y veinte, para luego
finalmente tomar otro vuelo desde ahí hasta Beijing a eso de las 7.30 pm, para
arribar a China apenas pasada la medianoche.
Nos despedimos de esta hermosa ciudad con una nueva cena en
el restaurant al que fuimos tantas veces con un último licuado de ananá y una
rica cena. De ahí a la cama en busca de una muy corta noche y un posterior muy
largo día.
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