Aún teniendo la habitación más
pequeña hasta ahora, el desayuno de este hotel fue el mejor de todos. Ahora que somos gente de hoteles de alta gama,
empezamos el día con café con leche, jugo de naranja, huevos revueltos,
tostadas, medialunas, fruta y cereales. No comemos todo eso cada uno, sino que
entre los dos. Igualmente hemos mejorado mucho y creo que el desayuno pasó a
ser nuestra comida principal del día.
Con un día cargado de
actividades, partimos hacia la Bolsa de Valores de Hong Kong. Ahí tuvimos una
charla sobre cómo ha evolucionado desde su inicio hasta hoy en día
convirtiéndose en una de las principales bolsas del mundo. Nos mostraron el
lugar y algunas máquinas que utilizan para hacer seguimiento de los movimientos
del mercado bursátil. Bastante interesante.
Volvimos al hotel para almorzar,
y asqueados de hamburguesas buscamos una alternativa más saludable. Compramos unos
sándwiches y refrescos en una tienda “7 eleven” de las que abunda por toda la
zona asiática. Encontramos un lavadero frente al hotel donde dejamos un montón
de libras de ropa y escaparnos al menos por esta vez del tedioso lavado a mano
en la pileta del baño.
Comenzamos visitando un lugar
llamado Pico de Victoria al cuál se accede en un teleférico MUY empinado, a
unos 400 metros de altura por sobre el nivel del mar. E lugar tiene una vista
ESPECTACULAR de la bahía que realmente nos encantó. Sirvió para confirmar lo
mucho que nos gustó Hong Kong.
Continuamos la excursión de la
tarde, por el puerto de Aberdeen. Es un lugar muy bonito y pintoresco donde
viven muchísimos pescadores. Hacía unos cuantos años eran más de 7000 barcos
los que se encontraban en la zona y de los cuales muchas familias dependían
para vivir. Actualmente quedan aproximadamente 3000, ya que se fueron renovando
las generaciones y las más actuales prefieren, sin mencionar que tienen más
posibilidades, hacer cualquier otra cosa
para ganarse la vida.
Paseamos en unos barquitos
llamados Sampan, símbolo del lugar. Incluso nos contó el guía que hay quienes
dicen que una persona no puede decir que ha estado en Hong Kong si no anduvo en
un Sampan. La conductora nos paseó entonces por entre los barcos/casas de
montones de familias de pescadores. Muy lindo lugar.
Después de eso recorrimos la
Bahía de Repulse donde hay una playa muy bonita de aguas tranquilas y
terminamos en el mercado Stanley cuyo nombre no tiene nada que ver con los
productos de marca con el mismo nombre. Acá otra vez más vimos tiendas estilo
feria pero con precios más razonables y donde no se regatea.
Volvimos por la noche al hotel,
otra vez fascinados con el aspecto que tiene la ciudad cuando se pone el sol.
De ahí a buscar la ropa limpia al lavadero, comer lo mejor posible y tomar la
segunda dosis de la pastilla para la malaria, intentando que pegue lo menos
posible.
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