miércoles, 16 de mayo de 2012

Día 30 – Xi´An, Pagoda de la Oca Salvaje y Muralla de la ciudad


El vuelo a Xi´An tiene la particularidad, por ahora al menos, de ser el vuelo con más turbulencias que hemos tenido desde que arrancamos este viaje por el mundo. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que el piloto encendió la luz de los cinturones y dijeron por los parlantes que estábamos teniendo algunas turbulencias y debíamos permanecer sentados. No fue una experiencia muy feliz que digamos, pero lo importante es que llegamos bien a Xi´An.

Nos recibieron los tres nuevos guías para esta ciudad; nosotros viajamos con el responsable de la agencia que nos acompaña en toda esta etapa, y quien había sido nuestra guía en Beijing, Nieve. Desde ese momento entonces, nos unimos al grupo de Yang, nuestra nueva tutora para nuestro nuevo destino.

De acuerdo al itinerario, tendríamos un día sencillo con la tarde libre. Vale destacar que habíamos dormido cuatro horas la noche anterior. De todos modos, y aunque era una día horrible, nublado y con algo de lluvia, dado que todavía no podíamos hacer el check-in en el hotel, hicimos un par de actividades que estaban previstas para el día siguiente. Visitamos la Pagoda de la Oca Salvaje y la Muralla de la ciudad.

Primero almorzamos algo liviano una vez más en un restaurante internacional, porque la comida china es imposible, y luego visitamos la Pagoda. Ésta es una torre de siete pisos construida durante la dinastía Tang y era utilizada como biblioteca de escritos budistas que trajo el monje Xuanzang desde India. Hoy en día ya no funciona como tal, sino que es meramente un punto turístico de interés en la ciudad.

Después de dicha visita, viajamos hasta la muralla de la ciudad, construida durante la dinastía Ming y tiene la particularidad que se mantiene totalmente en pie, a diferencia de la gran muralla china. Es mucho más corta en longitud, ya que su perímetro mide poco más de 13 kilómetros, pero es igualmente impresionante por sus dimensiones, dado que tiene 12 metros de alto y 12 de ancho. A lo largo de la misma se encuentran diferentes atalayas desde donde hacían la vigilancia. Su objetivo era el de proteger la ciudad, pero también fue durante mucho tiempo una forma de dividir a los ricos de los pobres. Si bien no es conocida como la gran muralla china, la experiencia fue muy buena ya que está en perfectas condiciones. Paseamos por la cima durante un rato, e incluso vimos a un grupo de guardias desfilando, simulando tal cual lo hacían en épocas antiguas.

A todo esto ya estaba bastante avanzada la tarde y estábamos en reserva de energía. Nos trasladaron finalmente al hotel para descansar. Nos entregaron la habitación, nos bañamos y fuimos a cenar al restaurante del hotel, ya que acá en china la cena se sirve entre las 17:30 hs y las 20:30. Poco nos importaba porque lo único que queríamos era comer algo como para cumplir e irnos a dormir. Así fue, por lo que poco rato después ya estábamos roncando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario