IMPACTANTE. Esta es la palabra
más adecuada que puedo encontrar para describir un día como el de hoy. Uno de
los mejores días del viaje hasta ahora por el fuerte contenido o quizás la
relevancia de las cosas vistas. Esta vez no fue por ver paisajes increíbles o bañarse en playas paradisíacas, sino que nos tocó ver la cruda realidad de la historia de un país con cicatrices espeluznantes.
Vietnam es un país con un
territorio alargado de norte a sur, casi en forma de “S”, llegando a tener en
la parte más angosta del medio unos 50 kms de este a oeste. Ho Chi Minh, ciudad
que visitamos primero era conocida antes como Saigon, ciudad que era la capital
del país cuando era colonia francesa. Hoy en día es la ciudad principal
teniendo un total de 10 millones de habitantes y siendo el eje comercial e
industrial del país. La población total ronda los 87 millones en todo el
territorio. Es el segundo país exportador de arroz del mundo.
Dado que son muchos habitantes y
es un país pobre, la natalidad está controlada como en China, sólo que aquí el
máximo es de 2 hijos por pareja. El 70% de la población vive del campo,
teniendo un ingreso promedio nacional de U$S 4.000 al año. La religión es muy
variada ya que no hay una establecida como oficial. Predomina el budismo con
casi 8 millones de creyentes y después el catolicismo con 6 millones, pero la
gran mayoría son ateos, quienes veneran a sus antepasados colocando fotos en
las casas.
Al igual que en la ciudad de
Bali, Indonesia, algo que asombre es la gran cantidad de motos circulando por
la calle. El tránsito es totalmente desorganizado, aplicándose la ley del más
fuerte. Todos se tiran de todos lados y el que llega primero al cruce tiene
preferencia. Para cruzar la calle, hay que hacerlo corriendo y esquivando
vehículos que vienen de todos lados. ¡UN ASCO!
Para que tengan una idea, en la
ciudad de Ho Chi Minh circulan 3 millones de motos y solo 1 millón de autos.
Los automóviles son caros porque el gobierno no quiere que la gente los compre
para evitar congestionamientos en el tráfico.
Retomando el itinerario,
comenzamos esta jornada con la visita a la ciudad de Cu Chi, más precisamente a
la zona donde se pueden ver parte de los túneles utilizados por los guerrilleros
vietnamitas en la guerra de Vietnam contra Estados Unidos. Además se puede
recorrer parte de la zona de batalla y vimos un video explicativo.
Ya esto fue algo verdaderamente
increíble. Las condiciones en las que tuvieron que vivir los aldeanos de este
lugar para sobrevivir las masacres de los estadounidenses y la inteligencia que
tuvieron los vietnamitas para resistir una batalla en la que eran ampliamente superados
en números y armamentos son asombrosas.
Repasando brevemente la historia, Vietnam era
una colonia francesa. Cuando lograron vencer a dicho país europeo en una
batalla logrando su retirada y buscando la independencia, dado que se perfilaba
para formarse un país independiente socialista, EEUU se metió a “ayudar”. El
país fue dividido en dos, Vietnam del norte (socialista) y Vietnam del sur (Pro
sistema americano) gobernado con la ayuda de EEUU.
Cuando el pueblo del sur se
resistió a las ideas y políticas que EEUU quiso implementar para erradicar la
tiranía del país, comenzó una guerra entre el norte y los guerrilleros del sur,
ayudados por otros países socialistas. Fue una masacre total, siendo una guerra
con muchísimos muertos, heridos y desaparecidos para ambos lados. Vietnam fue
destruida en gran parte, pero nosotros conocimos únicamente la historia de la
región de Cu Chi.
Dado que era imposible superar a
los soldados americanos en número, los vietnamitas inventaron un sistema de
túneles que comunicaba todos los pueblos de la región en forma subterránea,
teniendo tres niveles de profundidad: 3, 6 y 10 metros. Con una extensión de
250 kilómetros en total, esos túneles tenías cocinas, refugios y salas donde se
reunían y llegaron a vivir hasta 10.000 personas, escondidos de los bombardeos
y los asesinatos sin piedad de los soldados estadounidenses.
Verlo, caminar por los túneles,
escuchar la historia contada por ellos mismos, fue realmente algo que me movió
todo por dentro. ¡SALADO! Más tarde en el día visitamos el museo de la guerra
donde se muestran fotos de los asesinatos, gente siendo torturada, los métodos
y aparatos de tortura americanos, los lugares, pueblos y casas destrozadas…por
eso digo que fue un día impactante. Cuando terminé de ver y escuchar le
pregunté al guía si hoy en día no tienen rencor con EEUU y me dijo que en
general no; ellos quieren mirar el futuro y no el pasado, crecer y salir
adelante como país. Los admiro profundamente porque no sé si yo sería capaz de
lograra algo así en una situación similar.
Aparte de todo esto, recorrimos los
principales edificios de la ciudad como el ayuntamiento y la catefral de Notre
Dam, construida por los franceses en la época de la colonia con una idea
similar a la ubicada en parís. La ciudad en sí es bonita aunque muy humilde.
Recién están empezando a crecer como país y se ve mucha pobreza en la calle,
hay comercios donde venden artesanías o ropa de imitación como en la feria,
carritos de comida (con un olor insoportable), alquiler de motos o paseos.
Para terminar el día, tuvimos una
cena típica vietnamita en un barco que nos paseó por el puerto donde nos
sirvieron camarones, arrolladitos primavera, arrollado de carne (ASQUEROSO) y…algo
que cuando vi probé casi me largo a llorar de la emoción: ¡milanesas de pollo!
Hicieron un par de shows en vivo y todo acompañado con música, muy bonito todo.
De ahí a dormir al hotel y preparar las valijas para un nuevo vuelo rumbo a Ha
noi.
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