Comenzaron las vacaciones, pero
para ello, tuvimos un día muuuuy largo.
El despertador sonó tempranito, a
eso de las 6.00 am. Primero nos tomamos nuestro tiempo para disfrutar de un muy
rico y completo desayuno en uno de los hoteles que más nos gustó. Después
hicimos el check-out y partimos con algunos de los compañeros en lo que sería
el primer vuelo rumbo a Bangkok, Tailandia.
Tras trámites, espera y posterior
vuelo, llegamos a Bangkok cerca del mediodía. Aprovechamos para almorzar en un
Mcdonalds que no veíamos uno desde Hong Kong y realmente lo extrañábamos para
descubrir que acá existe la hamburguesa con queso triple y la doble Big Mac para
los más gordos o angurrientos, je. Nos partimos la boca y lo disfrutamos mucho.
Dejamos parte de nuestro equipaje y
la agencia se encargaba de llevarlo al hotel donde después nos alojaremos en
Bangkok, así estamos más livianos de carga. El resto lo despachamos y tuvimos
más tiempo muerto y espera hasta lo que fue el segundo vuelo del día, esta vez
hasta Phuket.
Una hora y poco más de vuelo para
llegar a destino. Una vez más sin problemas (por suerte) aterrizamos,
levantamos nuestras cosas y cambiamos de vehículo para tomar un ómnibus que nos
llevaría hasta el hotel.
Finalmente, tras cerca de una hora
o un poco más de viaje en bus, llegamos al nuevo hotel donde permaneceremos las
próximas tres noches. El lugar es muy grande y bastante lujoso, con dos
piscinas y cerquita de la playa. A todo esto ya era de noche, por lo que no
pudimos hacer mucha cosa más; buscamos algo para cenar, bañarnos y descansar.
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