Para nuestro segundo día en este pueblito playero que
recuerda muchísimo a punta del diablo por su estructura, salvando las
distancias ya que esto es incontables veces más lindo (al menos para mí),
decidimos cambiar nuestros planes de hacer otro tour y preferimos visitar una
playa que nos recomendaron otros compañeros: la Orange beach.
Nuevamente pedimos prestado un ratito en el paraíso para
sentarnos en la fina y clara arena, bajo la sombra de unas palmeras. En nuestro
horizonte, algunas de las tantas islas que componen al conglomerado de este
país, montañas y un agua soñada. Los adjetivos para describirla son los mismos
ya usados anteriormente. Les dejo imaginarla.
Fuimos en las motos típicas de este lugar, bastante viejas y
destruidas, a las cuales les armaron una continuación hacia el costado con un
par de asientos y te ofrecen transporte. Circulan por las calles a toda hora y
se escucha siempre como sonido de fondo el “bip” de la bocina que tocan a la
gente para llevarlos, para que se corran, para las otras motos…en fin, bocina a
todo lo que se mueve.
Una vez más compartimos la jornada con otros compañeros del
grupo de viaje. Almorzamos en un pequeño parador que tiene la playa; Ro comió
ensalada de verduras con arroz y yo cerdo a la parrilla con el mismo
acompañamiento. Acá TODO se acompaña con arroz. Tan es así que yo creo que lo
demás es el acompañamiento y el arroz es la comida central. Estoy HARTO del
arroz. Vale destacar que lo sirven en una montañita, frío y seco porque no le
agregan ningún aderezo…salvo que quiera ponerle alguna salsa picante que no es
el caso.
Tras el almuerzo nos tiramos en la arena cual marmotas a
disfrutar un poco más del lugar hasta que la lluvia decidió que quería ser
parte de la fiesta y nos echó de la playa. Volvimos con Ro en motito hasta el
hotel y esperamos hasta que paró y salimos a recorrer la ciudad.
Por la noche nos arriesgamos con otra compañera a probar las
hamburguesas de “carne” que nos recomendaron. Debo decir en su defensa que
estaban ricas y no nos cayeron mal, pero tengo mis serias dudas sobre su
procedencia. Ro, más conservadora, le dio otra oportunidad a las pizzas de esta
región y pasaron la prueba.
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