Nuestro vuelo partía
a la noche y aunque debíamos estar en el aeropuerto unas tres horas antes
todavía nos quedaba gran parte del día libre para seguir recorriendo. Nos
levantamos relativamente temprano con la idea de ver algo más antes de irnos,
desayunamos y nos fuimos a conocer los mercados.
Ya a las nueve de la
mañana el calor era insoportable. Caminamos unas cuantas cuadras antes de
encontrar los primeros negocios en una pequeña feria, pero como era domingo
muchos estaban cerrados. Al ver a los turistas los vendedores se te vienen
arriba para ofrecerte cosas o para que te acerques a ver sus productos. Hay que
regatear TODO y a veces en forma muy desubicada porque la idea de ambas partes
es robar al otro dentro de lo posible.
Terminamos en un
mercado que si bien recién estaba abriendo era bastante más completo en donde
se podía comprar ropa y artesanías. Los productos son de imitación pero de
bastante peor calidad que los que vimos en China. No compramos nada y no es por
tacaños, sino que porque estamos convencidos que toda esa ropa es prácticamente
descartable.
Seguimos caminando y
encontramos tiendas de marcas conocidas como Nike, Adidas, Reebok y Levi’s. Ahí
se podía comprar productos en liquidaciones con descuento pero tampoco vimos
algo que valiera la pena. Almorzamos en McDonald´s por cuarto día consecutivo,
nuevo record, y volvimos al hotel.
Todavía nos quedaba
un rato antes del check-out. Preparamos las valijas, ordenamos la habitación y
nos fuimos al aeropuerto para ahora sí dejar el país. En la espera hicimos uso
por tercera vez en lo que va del viaje de nuestra tarjeta del Diners club para
entrar a la sala VIP del aeropuerto, comer sándwiches, tomar bebidas y tirarnos
en los cómodos sillones, todo sin costo. Después recorrimos un poco antes de
irnos hasta la puerta correspondiente y subirnos al avión. Llegamos a Dubai
cerca de la medianoche.
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