Nos levantamos MUY
temprano, tanto que pasaron varias horas hasta que salí del estado zombie y
logré concentrarme en las actividades del día. Para hoy teníamos una visita muy
importante al majestuoso templo de Abu Simbel, el cual se encuentra a tres
horas y algo de viaje en ómnibus. Por suerte dormimos casi todo el camino y se
pasó rápido.
Abu Simbel es un
templo construido por el faraón Ramses II y es la otra construcción destacada
de Egipto, tan increíble para mí como las pirámides o la Esfinge. Está en la
mitad de la nada, muy al sur de Egipto, a 60 kms de Sudán. Fue construido ahí
para mostrar el dominio que tenía sobre esa zona y en él son adorados tres
distintos dioses junto con él mismo. En la fachada hay cuatro estatuas gigantes
de Ramses II sentado (una de ellas está rota, se cree que fue con un terremoto
hace muchísimos años) y en el final del templo, lo que se denomina el altar hay
una más junto a los tres dioses que se adoran, prácticamente denominándose Dios
el mismo.
El templo es
majestuoso e impactante sin lugar a dudas. Cada templo egipcio muestra el
conocimiento que tenían ellos sobre geometría, matemáticas, astronomía,
arquitectura y geología; eran además unos tremendos escultores. A modo de
ejemplo, el templo de Abu Simbel fue construido de tal manera que dos veces al
año, coincidentes con las fechas de cumpleaños y fecha en que asumió el poder
Ramses II, el sol llegara hasta el altar ubicado al fondo del templo iluminando
así a tres de las cuatro estatuas allí ubicadas.
Con la construcción
de la presa de Aswan tuvo que ser re localizado en una operación combinada
entre varios países que llevó cuatro años ya que al igual que el otro que
habíamos visto anteriormente, con la formación del Lago Nasser, hubiese quedado
bajo agua. El video y las imágenes de cómo trasladaron semejante coloso de un
lugar a otro dejándolo casi intacto son asombrosas.
A pocos metros de Abu
Simbel se encuentra un segundo templo construido también por él en honor su
esposa preferida, Nefertari. Es igualmente muy lindo pero no tan grande e
impactante como el primero. De todas maneras, si bien lo hizo para ella, hay
muchísimas estatuas y dibujos de él, mostrando la superioridad que creía tener
sobre todas las demás personas. Sin ir muy lejos, en la fachada hay cuatro
estatuas gigantes, cuatro de las cuales son de él y las dos restantes de
Nefertari.
Al terminar la visita
volvimos al barco en Aswan, lo que implicó tres horas y algo de viaje en
ómnibus una vez más. ¡MATADOR! Llegamos al barco casi a las dos de la tarde
para almorzar y luego teníamos un rato libre para descansar antes de una visita
más. Así lo hicimos.
Más tarde, cuando
llegamos en el crucero a Kom Ombo, hicimos la visita al templo de Sobek y
Haroeris. El mismo está dedicado a los dioses de la medicina y la magia e iban
antiguamente ahí a pedir curación. Tras las explicaciones pertinentes a cargo
del guía, disfrutamos de la puesta del sol y luego recorrimos el museo de
lagartos momificados.
Para despedir la
jornada y luego de la cena, teníamos esa noche un nuevo evento que consistía en
fiesta de disfraces. Ro y yo nos vestimos de árabes y junto a nuestros amigos
bailoteamos hasta pasada la medianoche. Estuvo muy divertido y uno de nuestros
amigos ganó el segundo premio como mejor disfraz al ingeniosamente y en el
intento de disfrazarse de algo con lo que tuviera, creó lo que posteriormente
llamamos “bagman”, metiéndose adentro de un bolso mochila bastante grande y
usando eso como vestido. Quedó genial y merecía ganar el primer puesto.
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