viernes, 13 de julio de 2012

Día 89 – Abu Simbel y Kom Ombo


Nos levantamos MUY temprano, tanto que pasaron varias horas hasta que salí del estado zombie y logré concentrarme en las actividades del día. Para hoy teníamos una visita muy importante al majestuoso templo de Abu Simbel, el cual se encuentra a tres horas y algo de viaje en ómnibus. Por suerte dormimos casi todo el camino y se pasó rápido.

Abu Simbel es un templo construido por el faraón Ramses II y es la otra construcción destacada de Egipto, tan increíble para mí como las pirámides o la Esfinge. Está en la mitad de la nada, muy al sur de Egipto, a 60 kms de Sudán. Fue construido ahí para mostrar el dominio que tenía sobre esa zona y en él son adorados tres distintos dioses junto con él mismo. En la fachada hay cuatro estatuas gigantes de Ramses II sentado (una de ellas está rota, se cree que fue con un terremoto hace muchísimos años) y en el final del templo, lo que se denomina el altar hay una más junto a los tres dioses que se adoran, prácticamente denominándose Dios el mismo.

El templo es majestuoso e impactante sin lugar a dudas. Cada templo egipcio muestra el conocimiento que tenían ellos sobre geometría, matemáticas, astronomía, arquitectura y geología; eran además unos tremendos escultores. A modo de ejemplo, el templo de Abu Simbel fue construido de tal manera que dos veces al año, coincidentes con las fechas de cumpleaños y fecha en que asumió el poder Ramses II, el sol llegara hasta el altar ubicado al fondo del templo iluminando así a tres de las cuatro estatuas allí ubicadas.



Con la construcción de la presa de Aswan tuvo que ser re localizado en una operación combinada entre varios países que llevó cuatro años ya que al igual que el otro que habíamos visto anteriormente, con la formación del Lago Nasser, hubiese quedado bajo agua. El video y las imágenes de cómo trasladaron semejante coloso de un lugar a otro dejándolo casi intacto son asombrosas.

A pocos metros de Abu Simbel se encuentra un segundo templo construido también por él en honor su esposa preferida, Nefertari. Es igualmente muy lindo pero no tan grande e impactante como el primero. De todas maneras, si bien lo hizo para ella, hay muchísimas estatuas y dibujos de él, mostrando la superioridad que creía tener sobre todas las demás personas. Sin ir muy lejos, en la fachada hay cuatro estatuas gigantes, cuatro de las cuales son de él y las dos restantes de Nefertari.



Al terminar la visita volvimos al barco en Aswan, lo que implicó tres horas y algo de viaje en ómnibus una vez más. ¡MATADOR! Llegamos al barco casi a las dos de la tarde para almorzar y luego teníamos un rato libre para descansar antes de una visita más. Así lo hicimos.

Más tarde, cuando llegamos en el crucero a Kom Ombo, hicimos la visita al templo de Sobek y Haroeris. El mismo está dedicado a los dioses de la medicina y la magia e iban antiguamente ahí a pedir curación. Tras las explicaciones pertinentes a cargo del guía, disfrutamos de la puesta del sol y luego recorrimos el museo de lagartos momificados.

Para despedir la jornada y luego de la cena, teníamos esa noche un nuevo evento que consistía en fiesta de disfraces. Ro y yo nos vestimos de árabes y junto a nuestros amigos bailoteamos hasta pasada la medianoche. Estuvo muy divertido y uno de nuestros amigos ganó el segundo premio como mejor disfraz al ingeniosamente y en el intento de disfrazarse de algo con lo que tuviera, creó lo que posteriormente llamamos “bagman”, metiéndose adentro de un bolso mochila bastante grande y usando eso como vestido. Quedó genial y merecía ganar el primer puesto.

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