viernes, 13 de julio de 2012

Día 91 – Colosos de Memmon, Valle de los Reyes, Templo de Hatchepsut, Valle de las Reinas, Templos de Luxor y Karnak


Un nuevo día comenzó muy temprano, antes de la salida del sol, sobre todo para algunos. Esto es porque había un paseo opcional en globo para ver el amanecer, pero nosotros preferimos no hacerlo porque no nos llamaba mucho la atención y no es nada barato. De los compañeros que lo hicieron tuvimos opiniones encontradas; algunos lo disfrutaron y para otros no fue la gran cosa.

Nuestra primera parada fue para ver los Colosos de Memmon. Éstos son dos estatuas enormes de piedra del Faraón Amenothep III. Originalmente su función era la de montar guardia en la entrada del Templo de Amenothep. Sacamos algunas fotos y continuamos con nuestro camino.

El Valle de los Reyes, el segundo punto en el orden del día, es el lugar elegido por varios Faraones para construir sus tumbas o templos mortorios. Es que no todas las eras creyeron en la utilidad de las pirámides; con el cambio de épocas cambiaban también las creencias y costumbres. Pasaron a considerar que lo importante era sólo lo que estaba bajo tierra, por lo que la pirámide ya no era necesaria. En este valle hay un total de sesenta y dos tumbas entre las cuales se encuentra la del famoso Tut Ankh Amon. Entramos en tres de ellas (no todas están habilitadas) y algunos que pagaron un adicional ingresaron en la de dicho famoso Faraón. Nosotros no lo hicimos por recomendación del guía de que no valía la pena.

La tercera parada fue en el Templo de Hatchepsut. El mismo fue construido por ella misma durante un tiempo en que el que ejerció como Faraón de Egipto mientras su hijo pequeño y heredero al trono crecía lo suficiente como para tomar el poder. No era lo normal pero igualmente lo hizo y hasta construyó su tumba en el Valle de los Reyes junto a los demás Faraones.

Finalmente visitamos el Valle de las Reinas en donde se encuentran las tumbas de las esposas de los Faraones. No es tan grande como el Valle de los Reyes y no pudimos ingresar a ninguna de sus tumbas. En ninguno de los valles se podía sacar fotos por lo que nos llevamos de recuerdo solamente lo que quedó grabado en nuestra memoria.

Volvimos al mediodía al crucero para almorzar y descansar un rato antes de seguir con los paseos por la tarde. Esta es la única forma de soportar el calor porque al mediodía no se puede estar afuera, mucho menos aún al sol. Retomaríamos recién a media tarde.

Volvimos a salir a eso de las cuatro para volver al Templo de Karnak en donde habíamos visto el espectáculo de luces la noche anterior. El mismo fue construido como símbolo de adoración a Amon, Dios local de la antigua capital de Egipto, la ciudad conocida como Tebas y hoy llamada Luxor. Aquí muchísimos Faraones dejaron su huella añadiendo algo al Templo en símbolo de respeto y devoción. Esto hace que el predio sea enorme, ya que tiene varias salas de columnas, varias de ofrendas, una enorme sala abierta y dentro muchísimas estatuas. Se destaca el camino central de la sala de columnas que son GIGANTES. Debe ser lo que sienten las hormigas cuando caminan entre nuestras piernas, algo realmente increíble y majestuoso. Otra demostración de lo que eran capaces los egipcios con tan pocos recursos y hacen tantos miles de años. Reitero, eran unos “capos”.

Por la tardecita, acompañados de la puesta del sol, hicimos la última visita guiada del día y del país por el Templo de Luxor. Siguiendo la misma estructura ya mencionada, lo que más llama la atención de este lugar es la muy linda fachada con dos estatuas de Ramses II bastante grandes y otra de él mismo en la que la cara está casi intacta y se puede apreciar con lujo de detalles el trabajo que hacían. Es algo espectacular.
Volvimos al hotel por la noche tras un largo día movidito para cenar y como tantas veces caer agotados en la cama de la habitación. Al día siguiente podríamos descansar hasta que tomáramos un nuevo avión hasta el popular balneario Sharm El Sheik.

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