Prácticamente sin
dormir nada, porque habíamos dejado las valijas afuera de la habitación a las
once de la noche, y debíamos bajar a desayunar para luego irnos al aeropuerto a
la una y quince de la mañana, comenzamos nuestra salida de los Emiratos Árabes.
En primera instancia
se suponía que nuestro vuelo saldría poco después de las cuatro de la mañana,
pero para nuestra sorpresa, cuando nos acercamos a la puerta de embarque luego
de poco más de dos horas de espera, nos dijeron que por problemas técnicos la
salida estaba retrasada para las ocho menos diez. Ese fue un golpe anímico que
no esperábamos y para nuestros MUY agotados seres fue casi de Knock Out y sólo
se vio un poco disminuido por el hecho de que la compañía aérea nos dio a cada
uno en modo de compensación una Big Mac y una Coca Cola. Ese fue entonces mi
segundo desayuno del día o un almuerzo anticipado a eso de las 5:00 am.
Finalmente partimos a
la segunda hora estipulada y tras tres horas y media de viaje aterrizamos sin
problemas en el aeropuerto de El Cairo. Nos trasladaron hasta el hotel que es
de la cadena Holiday Inn a puro lujo (aunque estuvimos en otros mejores) con la
gran comodidad para nosotros que está instalado justo al lado de un Shopping
ENORME.
Estábamos con la
energía en reserva pero como segundo regalo del destino para este día, nuestra
habitación todavía no estaba lista, así que tuvimos que hacer tiempo antes de poder
hacer el check-in. Fuimos entonces a la plaza de comidas del shopping en busca
de un almuerzo gratificante, recorrimos un poco el lugar, hicimos un surtido
más que necesario en un supermercado gigante y luego sí volvimos al hotel para
reclamar nuestra habitación.
El resto de la tarde
la perdimos durmiendo y nos despertamos ya por la noche y de casualidad. Un
poco mejor pero todavía cansados decidimos bañarnos y volver a dormir sin
cenar. Yo aproveché para ponerme un poco al día con el blog ya que Dubai fue
tan intenso que implicó renunciar a la escritura, las fotos y el internet. No
pude avanzar mucho antes de volver a caer rendido por el sueño y al fin de
cuentas fue lo mejor porque al día siguiente otra vez debíamos madrugar para
visitar las pirámides.
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