Dejamos temprano el camping y
volvimos a la ruta en un día soleado y hermoso. El paisaje acompañaba ya que
paseábamos entre hermosas y enormes montañas y atravesamos varios túneles
bastante largos dentro de ellas.
Para ese entonces, nuestro destino
era la ciudad de Milán, a unas tres horas de distancia. Demoramos unas dos horas
o un poco menos en llegar hasta la frontera con Italia y pasar de carreteras
relativamente tranquilas a autopistas de cuatro y hasta cinco carriles con
cientos de autos rodeándonos.
En ese contexto y haciendo cada
vez más calor, por alguna razón mientras Ro estudiaba las atracciones
turísticas de Milán, surgió la posibilidad de saltearnos la ciudad y seguir
viajando hasta Venecia a donde igualmente iríamos pero un par de días después.
Todavía era temprano y yo me sentía bien como para seguir manejando. Milán
seguro es una linda ciudad, pero preferimos buscar algo diferente y no volver a
ver museos, fuentes, torres e iglesias. El encanto de Venecia es algo diferente
y único y esos dos días que ganábamos los podríamos destinar en algún otro
lugar más adelante.
Como íbamos a seguir en la ruta,
nos detuvimos en un parking para almorzar. Nos preparamos unos ricos sándwiches
y marcamos la nueva ruta a seguir la cual implicaba unas tres horas más de
viaje, totalizando aproximadamente seis horitas hasta el camping. De ahí en más
solo nos detuvimos una vez para ir al baño; el resto lo llevamos como pudimos
entre música, conversaciones de la vida y recuerdos del viaje.
A lo largo de la ruta nos
encontramos con tres peajes. Los dos primeros no fueron problema y apenas nos
cobraros unos dos euros aproximadamente en cada uno. Más adelante sin embargo,
pasamos por un control con una máquina que nos dio un ticket el cual suponíamos
íbamos a usar más adelante, pero no sabíamos cuándo. Fue así que casi llegando
a destino nos encontramos con otro control en donde nos pidieron el papelito y
nos daba a pagar casi dieciocho euros. Ese sí dolió bastante pero no teníamos
alternativa.
Al llegar a Venecia nos sucedió
que una vez más el GPS nos guió hasta un lugar incorrecto. Por suerte en el
camino habíamos visto otro cartel de camping y volvimos hasta él para una
alternativa. Al llegar nos instalamos con la carpa y dedicamos el resto del día
para descansar. Ya era muy tarde como para ir a visitar e igualmente teníamos
un día entero para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario