Nos despertó el ruido de la lluvia
incesante golpeando en el techo del auto. Estaba anunciado mal tiempo para
nuestro retorno lo cual no era tan grave mientras no afectara el vuelo. En
nuestro itinerario de la jornada no quedaba más que dejar pasar las horas,
preparar todo por última vez, devolver el auto y finalmente tomar el avión, el
último viaje que haciendo trasbordo en Santiago, nos llevaría de nuevo a casa.
Si bien habíamos avanzado bastante
con los preparativos de las valijas y distribuyendo el peso entre ellas,
todavía nos quedaban algunos retoques y la lluvia no nos permitía hacer nada.
Lo único bueno era que contábamos con tiempo de sobra para esperar que al menos
aflojara algo.
Como podíamos íbamos arreglando
todo desde adentro del auto pero el tiempo no mejoraba. Nos aprontamos como
pudimos y salteamos el desayuno y el almuerzo porque no teníamos nada para
comer y con ese día tampoco podíamos salir a comprar.
Habíamos pedido para quedarnos en
el camping hasta eso de las seis, bastante pasada la hora de check-out para no
tener que esperar tanto en el aeropuerto. La entrega del auto quedó coordinada
para la última hora posible, a las ocho de la noche, restando así solo cuatro
horas más hasta el vuelo.
Partimos en primera instancia
desde Madrid hacia Santiago en lo que serán la nada despreciable suma de 14
horas aproximadamente, luego debemos esperar para hacer la conexión en Santiago
unas 5 horas más para tomar recién ahí el último vuelo hacia Montevideo que
dura poco más de dos horas y media.
Es un largo viaje el que nos
espera pero lo haremos felices, ya nada importa porque después de tanto tiempo,
estaremos volviendo a casa donde nos espera nuestra gente querida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario