Partimos temprano hacia la ciudad
en el medio de transporte que los catalanes llaman tren pero que es idéntico a
lo que en otros países hemos usado como tranvía o incluso por momentos hasta
metro. El viaje era de unos veinticinco minutos y nos dejaría en el corazón de
Barcelona, la plaza Cataluña.
La gran plaza, adornada con dos
fuentes bastante grandes, mucho espacio y pocos elementos naturales, estaba
repleta de gente. En una de sus esquinas nos encontramos con “El corte inglés”,
una tienda GIGANTESCA de ocho pisos en donde venden de todo, desde libros a
ropa, pasando por artículos para el hogar, electrónicos e informáticos. En
otra, el restaurante infaltable que parece estar estratégicamente ubicado en
todos los sitios de mayor relevancia, McDonalds. El resto se componía de un
banco y varias tiendas.
Empezamos averiguando en un centro
de información turística cuál era el mejor medio de transporte para ir hasta
las dos principales atracciones de la ciudad, El Camp Nou (estadio del
Barcelona) y el parque de Guell. Luego decidimos comenzar recorriendo El corte
inglés. Obviamente no fue algo muy minucioso porque eso hubiera implicado
muchísimo tiempo pero al menos para conocerlo.
Al salir aprovechamos la ubicación
céntrica para almorzar antes de continuar. EL siguiente paseo sería otra de las
cosas que siempre había querido hacer, visitar un estadio de fútbol europeo. El
hecho de que fuera el del Barcelona se remite simplemente a que me simpatiza
mucho dicho equipo y es uno de los más grandes del mundo junto con el Club
Atlético Peñarol. Me hubiese encantado ir a un partido y ver el estadio repleto
de aficionados alentando y disfrutar de un espectáculo increíble, pero la
entrada más barata cuesta setenta y cinco euros, precio que no estaba dispuesto
a pagar.
De todos modos, se puede hacer la
visita a lo que llaman “FCBarcelona Experience” en donde uno recorre el museo
del club, la sala de prensa, los vestuarios, el costado de la cancha junto a
los bancos de suplentes y finalmente los lugares de la prensa desde donde se
transmiten tantos encuentros. Era suficiente para mí y como siempre, Ro me
alentó y acompañó para hacerlo.
Llegamos al estadio que está
alejado del centro y comenzamos la visita. El museo es muy bueno, se cuenta la
historia del club, varias de las camisetas utilizadas a lo largo de la historia
y se relucen todas las copas que han obtenido en sus más de cien años de vida,
incluso varios de los premios que han sido entregados a sus principales figuras
como Messi.
Las instalaciones son UN LUJO.
Desde la sala de prensa hasta la cancha, pasando por los vestuarios, los
pasillos y hasta las butacas. Hicimos el mismo camino que hacen los jugadores
para salir a la cancha en cada partido y admirar, porque no hay otra palabra
más adecuada, el espectacular estadio desde el nivel del césped. No me imagino
lo que debe ser para ellos salir y ser recibidos por la hinchada, un estadio
que es el más grande de Europa y el segundo más grande del mundo y que está
colmado en cada partido que el equipo disputa. IMPRESIONANTE.
Al terminar la visita regresamos a
la plaza Cataluña. La ciudad es bastante grande y era muy difícil ver todo en
una sola tarde, así que nos dividimos los puntos de interés en dos. Caminando
desde allí seguimos hacia varias de las atracciones turísticas principales, la
casa de Gaudi, famosa por tener un aspecto muy extraño, decorado con pequeños
azulejos de colores y formas curvilíneas, otro edificio conocido como “La
pradera” y la Basílica de la Sagrada Familia. Esta Iglesia que es lo más visto
y el símbolo principal de Barcelona, estaba casi totalmente bajo reconstrucción
en el exterior, por lo que no era para nada atractiva. Igual estaba lleno de
turistas sacándose fotos.
Desde allí continuamos hasta un
edificio enorme con forma de torpedo denominado “Torre Agbar” de treinta y ocho
pisos que sobresale por encima de todos los demás y se ve desde muy lejos. Más
tarde fue el turno de la Plaza de la ciudadela, un hermoso parque ENORME y
hermoso para caminar, correr o incluso relajarse y deleitarse con la vista.
Concluyendo el recorrido, pasamos por el Arco del Triunfo que aparentemente
tienen todas las principales ciudades europeas y desde allí a la plaza de
Cataluña.
Fue un recorrido AGOTADOR pero
valió la pena porque la ciudad es muy linda. Desde la plaza regresamos en el
tren al camping para cenar y descansar. El resto de la ciudad quedaría para el
día siguiente.
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