miércoles, 12 de septiembre de 2012

Día 152 – Fiesole

Dejamos atrás Venecia como tantas otras ciudades para continuar con nuestro viaje. Teníamos por delante unas tres horas más de viaje hasta la ciudad de Florencia, también conocida como Firenze.

El viaje nos ocupó toda la mañana y no tuvo grandes emociones salvo por otro hermoso peaje. Aviso para quienes circulen por las carreteras de Italia, hay peajes en la entrada a cada ciudad y a veces más de uno. Nosotros como no queríamos pagarlo, esquivamos la barrera y huimos a toda velocidad perseguidos por la policía; no pudieron capturarnos gracias a mi habilidad al volante y logramos escaparnos. Obviamente que esto es mentira, je. Nos dolió unos dieciocho euros más que pagamos calladitos como buenos turistas que somos.

Antes de partir del camping en donde estábamos, habíamos investigado un poco las alternativas de camping. Encontramos un par pero sugerían no usar el GPS y tenían varias direcciones. Esto parecía bastante confuso y nos decidimos por el que parecía más fácil de encontrar. Teníamos que poner el nombre de la calle como destino y buscar las pistas escondidas para encontrarlo.

Fue de este modo, que terminamos en un pequeño pueblito llamado Fiesole, muy cercano a la ciudad de Florencia, ambos pertenecientes al hermoso y conocido distrito de Toscana. Muy cerca nuestro está también la ciudad de Pisa, la cual visitaremos cuando volvamos de Roma. Esto pequeño pueblo italiano, está ubicado en lo alto de una gran colina, teniendo como resultado una gran vista panorámica de Florencia y toda la zona. Tiene calles muy pequeñas por donde A PENAS circulan dos autos que vienen en sentido contrario y el camping no tuvo mejor idea que instalarse prácticamente en lo que debe ser la cima de la colina.

Logramos encontrar la calle y empezamos a buscar las pistas del camping. Un pequeño cartel que indicaba ir hacia la derecha o la izquierda, curvas, grandes subidas y autos de frente pero finalmente lo conseguimos. Para todo el trabajo que nos dio y lo que cuesta, no es ni cerca uno de los mejores campings en que hemos estado, no lo recomiendo. Igualmente nos quedamos para encontrarnos así con el siguiente problema. El suelo era muy duro y estaba lleno de piedras por lo que tuvimos que hacer una inspección geológica importante para lograr instalar la carpa. También lo logramos, ¡qué bien nosotros!

Cuando terminamos todos los preparativos, ya era media tarde. Para ir a Florencia debíamos caminar cerca de un kilómetro y medio (bajado a la ida por lo que SUBIDA a la vuelta) y desde la plaza del centro de Fieselo tomar un bus que nos dejaría en el centro de Firenze. Ya era tarde para eso, así que preferimos recorrer el pequeño pueblo donde nos estábamos quedando.

Caminamos hasta la plaza principal desde donde tomaríamos el bus al día siguiente y luego hacia varias direcciones. No encontramos NADA. Hay una iglesia y un jardín público pero casi nada más, o al menos no lo vimos. De todas maneras, nos quedamos en un hermoso restaurante frente a la plaza con una gran vista panorámica de Florencia en donde probamos la verdadera pizza italiana. ¡RICASA! Y se ganó cada una de las letras de la palabra.

Con la panza llena emprendimos la retirada hacia el camping cosa que fue trabajosa y no muy agradable por estar todo oscuro y no muy bien iluminado. Por suerte llegamos sanos y salvos prontos para dar el día por terminado y acostarnos a dormir tempranito y recuperarnos para la caminata del día siguiente.

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