lunes, 18 de junio de 2012

Día 67 - Parque Chitwan

Madrugamos una vez más, a tal punto que ya no es madrugar sino que es levantarse como lo hacemos normalmente y nos preparamos para dejar la ciudad. Partiríamos todos hacia el parque Chitwan, pero antes había una actividad programada para los interesados que era el rafting.

Nosotros no teníamos paga dicha actividad opcional. A Ro no le interesaba hacerla y a mí sí pero en su momento no sabía quienes irían y después tampoco quería dejarla sola. El grupo se dividía en distintos ómnibus en función de por qué se había optado y quienes no estaban interesados seguían viaje directo al parque, llegando un par de horas antes.

Si bien la distancia al parque desde Kathmandú es de ciento y pocos kilómetros, se demoran cerca de seis horas en completar el recorrido. La ruta va rodeando las laderas de las montañas por lo que es todo curvas y acantilados; algo similiar a las rutas de Nueva Zelanda, salvando las distancias con los paisajes y el estado de las carreteras. Primero hicimos un tramo de tres horas hasta el lugar donde comenzaba el rafting, despedimos y sacamos muchísimas fotos de nuestros compañeros, los vimos partir con cara de asustados algunos y de emocionados otros, para luego seguir nuestro camino. Me dió un poco de arrepentimiento verlos partir y no acompañarlos en semejante aventura, pero después me enteré que un compañero cayó al agua en un remolino que lo atrapó y se pegó tremendo susto. En otra aventura tal vez pueda intentarlo y sacarme las ganas. 


Tres horas más de viaje y llegamos a Chitwan. Ahí dejamos el ómnibus y subimos en camionetas Mahindra, igualitas a las que se ven en las calles de Uruguay para completar el resto del camino a los hoteles. Almorzamos todos juntos a media tarde y luego fuimos al Jungle Safari Resort, donde permaneceríamos las siguientes dos noches. El lugar es muy lindo, la ciudad mucho más tranquila y descongestionada que Kathmandú. Por la calle transitan elefantes que son una mezcla entre un medio de transporte, una herramienta y una mascota ya que son multiuso.

Descansamos e hicimos tiempo hasta que llegaron nuestros amigos del rafting. Nos contaron cómo les había ido y partimos todos juntos caminando hasta la orilla del río desde donde se puede ver generalmente la puesta del sol con una paisaje muy agradable. Nosotros no tuvimos suerte porquer estaba muy nublado pero igualmente fue una buena oportunidad para sociabilizar y pasar un lindo rato.

Volvimos al hotel tras el intento fallido, nos bañamos y luego cenamos en el restaurante donde nos sirvieron una cena buffet bastante dentro de lo aceptable. Era el cumpleaños de un amigo y la novia le consiguió una torta y todo. Le cantamos y comimos pastel sin dulce de leche, lo que me hizo pensar en cuanto se extrañan los postres de allá y en que una torta sin dulce de leche no es una torta. De ahí a la compu para bajar fotos y escribir algo en el blog con lo quedaba de fuerza antes de caer rendidos.

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