sábado, 30 de junio de 2012

Día 78 – Ciudad de Amber, palacio de la ciudad y el observatorio


Dicho y hecho, sonó el despertador y pareció que recién nos habíamos acostado. Igual nos levantamos como unos campeones y marchamos hasta el restaurante para un desayuno reponedor. Después de eso viajamos hasta la ciudad de Amber, también conocido como el “Amber fort”.

Hicimos parte del trayecto en ómnibus y luego completamos el resto hasta la entrada al fuerte en jeeps. El lugar constituye uno de los principales centros turísticos de la ciudad pero también de lo que se conoce como el triángulo dorado que está formado por las tres ciudades que nosotros visitamos, Delhi, Agra y Jaipur. Fue construido en la cima de una colina para tener una vista panorámica excepcional de la zona y poder vigilar así las potenciales invasiones enemigas.

Recorrimos todo el predio mientras los guías nos explicaban las historias detrás de estos lugares antiquísimos pero todavía increíbles. Volvimos a ver elefantes utilizados como medio de transporte cosa que me trajo muy lindos recuerdos de Nepal. El fuerte en sí es muy lindo, tiene combinaciones arquitectónicas de varias culturas y fueron realizadas con lujo de detalles.

Más tarde visitamos un antiguo observatorio construido en el siglo XVII que era utilizado para varias precisiones astrológicas. Hay varios en todo el territorio de India y nosotros en particular habíamos pasado por uno en nuestra visita al Río Ganges en Varanasi. Hay muchísimos instrumentos antiquísimos, grandes y pesados que medían con muchísima precisión la hora del día o la ubicación de los astros para determinar los signos del horóscopo. En particular, hay un reloj solar enorme que permite conocer la hora del día (considerado por ellos entre las 6 am y las 6 pm) con una precisión de dos segundos.

Finalmente recorrimos el predio en donde está el palacio de la ciudad en donde hay un museo que contiene una gran colección de antigüedades de los antiguos Mahrajás (que eran algo así como los reyes), ropa típica, armas utilizadas en las batallas y para variar el recorrido terminaba en una sala donde vendían pinturas, telas y diversas artesanías. Al costado del palacio de la ciudad se encuentra la residencia real a la que no podíamos acceder pero vimos la entrada custodiada por cañones (en forma decorativa).

Tras todo esto ya eran cerca de las dos de la tarde, había cerca de 40 grados y nosotros estábamos muy cansados por las pocas horas de sueño en la noche anterior, con hambre y muchísima sed. Volvimos al hotel aunque algunos se fueron a los mercados en busca de telas que comprar para mandar a Uruguay y luego hacerse vestidos.

Almorzamos en el restaurante del hotel y después sí Ro se fue en busca de la tan necesaria siesta mientras yo bajaba las fotos para ponerme al día con el blog. Cuando ya no aguanté más el calor abandoné todo y me fui nuevamente a la enorme piscina del hotel hasta que tuve que volver para bañarme e ir a cenar.
Después de eso sí caí rendido, agotado, intentando conciliar tantas horas de sueño como fuera posible ya que al día siguiente viajaríamos otra vez unas cuantas horas para volver a Delhi.

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