Tras varias horas de
sueño sonó el despertador para avisarnos que nuestra paz se había terminado.
Luego de la ingesta matutina nos subimos al bus para comenzar el largo viaje
que nos esperaba hasta Delhi, 260 kilómetros que por las rutas y el tráfico se
traducen en más de seis horas. ¡MORTAL!
Las primeras dos
horas y algo pasaron bastante rápido porque las dormimos como pudimos en los
asientos del ómnibus. Ahí realizamos la primera parada técnica (para ir al
baño) y seguimos viaje dos horas más hasta llegar a un shopping en una ciudad
en las afueras de Delhi donde nos dieron un rato para almorzar. Terminamos para
variar en un Mcdonald´s y recorrimos el shopping que por un rato nos hizo
olvidar que estábamos en India y parecía estar en otro país desarrollado con
tiendas de venta de ropa con marcas internacionales y productos originales de
calidad
Un rato más de viaje
y llegamos de nuevo a Delhi, segunda ciudad más habitada del país después de
Bombay que tiene 19 millones contra los 16 de la capital. En India no hay
control de natalidad como en China y según su cultura los hijos son
considerados regalos de los Dioses, por lo que tienen muchos. El promedio por
familia es de cinco o seis hijos lo que genera que nazca un bebé por segundo.
La esperanza de vida no es muy alta, siendo de 70 años para las mujeres y 68
para los hombres.
Antes de ir hasta
nuestro hotel, teníamos varios paseos para este día maratónico. Comenzamos por
el Qutub Minar que es un Minar o torre construida con arenisca roja y mármol
con una altura de setenta y dos metros y medio lo que la hizo la construcción
más alta del país durante mucho tiempo. A simple vista parece como un faro pero
sin luz en la cima. Tiene cinco pisos y fue realizada en primera instancia por
Qutbud-din Aibak los primeros dos pisos y tras fallecer fue completada por su
hijo y heredero al trono.
En su origen estaba
rodeada de templos y construcciones hinduistas que fueron posteriormente
destruidas por los islámicos cuando invadieron el territorio y utilizaron los
escombros obtenidos para construir la primera mezquita en India. El lugar es
muy bonito, lo segundo que más me gustó en la visita a este destino. Realmente
una lástima que hoy en día solo permanezcan ruinas de lo que supo ser en su
tiempo.
Terminada esta visita
pasamos nomás por donde se encuentra el templo con forma de flor de loto, con
una arquitectura que hace recordar al Opera House de Sydney. La flor de loto es
muy importante para los budistas y este templo imita su forma dándole un
aspecto muy bonito; lástima que sólo pudimos verlo desde lejos. Sacamos unas
fotos y seguimos rumbo hacia la puerta de la India.
La puerta de la India
se encuentra cerca del hotel donde nos estamos alojando en la zona que se
conoce como Nueva Delhi, zona donde viven ricos, británicos y parlamentarios.
Es una puerta enorme, algo así como la puerta de Alcalá, y se encuentra en un
predio bastante grande en donde se juntan muchísimos indios como en una plaza o
parque, se sientan en el césped, conversan, pasan el rato. La construcción es
realmente una bestialidad, tiene una inscripción en la parte superior en donde
tiene el nombre del país y debajo hay un monumento pequeño compuesto por un
rifle parado con un casco de soldado en la punta y una llama de fuego eterna
que nunca se apaga en honor a los soldados que dieron su vida en la guerra que
tuvieron con Pakistán.
El lugar y la puerta
estuvieron muy buenos, la cantidad de gente, la tierra, los vendedores y las
miradas que parece que te perforan la nuca NO. Luego de eso volvimos al hotel,
al fin, para pedir las llaves de nuestra nueva habitación y poder ducharnos
antes de ir a comer y descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario